¿Nos han robado mas de 300 años? La hipótesis del tiempo fantasma
afirma que sí. ¿Estamos ante la conspiración maestra de la Iglesia Católica? En
el siguiente artículo intentaremos descifrar el enigma de la misteriosa teoría del
tiempo fantasma.
En 1986, el historiador alemán Heribert Illig comenzó a
desarrollar “La hipótesis del tiempo fantasma” Esta teoría afirma que entre aproximadamente
los años 700 d.C. y el año 1000 d.C. son una mentira y nunca existieron.
Los seguidores de esta idea argumentan que los eventos
históricos clave y figuras (desde Carlomagno a Alfredo el Grande) existieron en
otro momento en la historia, o nunca han sido algo más que ficción. Quizás eran
incluso el resultado de falsificaciones deliberadas por unos pocos individuos
poderosos.
Pero, ¿es cierto? ¿Realmente estamos viviendo, no en el
siglo 21, si no en el siglo 18?
Un momento fundamental detrás de esta conspiración fue la
introducción del calendario gregoriano en el año 1582, bajo el pontificado de
Gregorio XIII. Este es el calendario que conocemos y en la actualidad está en
uso.
Sin embargo, el calendario gregoriano es en realidad una
versión modificada del calendario juliano, que fue creado en el año 45 a.C.
Sin embargo, tenía una falla significativa. Fue basado en
los ciclos lunares, pero se calculó mal su longitud de manera que cada año del
calendario sobraban 10.8 minutos de tiempo.
Esto puede parecer poco, pero con
el tiempo eran muchos los minutos agregados, y en octubre de 1582, el
calendario gregoriano fue diseñado para remediar el problema del tiempo
acumulado.
Para ello, se hizo el calendario con 10 días menos. Este
evento provocó las primeras preocupaciones de Heribert Illig.
Se calcula que los 1,627 años que habían pasado desde el
Calendario Juliano que comenzó en el año 45 a.C, en realidad amasaron una
discrepancia de 13 días.
Omitiendo 10 días en 1582, en lugar de 13, el nuevo
calendario sólo representaba el tiempo extra que se habían acumulado hasta
1282. Por lo tanto, 300 años habían desaparecido de los cálculos del Papa.
¿Pero de dónde el Papa consiguió un extra de 300 años? La
mala calidad de la evidencia material atribuida a la Alta Edad Media, hace de
este periodo, el candidato más probable de haber sido fabricado.
Los historiadores de la época han sido siempre muy
dependientes de documentos escritos, algunos de los cuales han surgido más
tarde como fraudulentos.
Por ejemplo, el historiador alemán Horst Fuhrmann ha
destacado documentos falsificados por la Iglesia Católica Romana. Los registros
medievales poco confiables han sido reconocidos como un problema de tal manera
que, en 1986, una gran conferencia arqueológica se celebró en Múnich únicamente
con ese tema.
La interpretación de Illig era que claramente algo raro pasaba
con los documentos de cálculo de fecha. Lo que es más, los teóricos sostienen
que otros "hechos" históricos simplemente no cuadran.
La existencia de la arquitectura románica en Europa
Occidental del siglo 10 parece anacrónica, teniendo en cuenta el tiempo que se
supone que han pasado desde la caída del Imperio Romano.
Esta conspiración sugiere que el espacio entre las dos eras
en realidad era mucho más corta del que nos han llevado a creer, Illig también
disputó la realidad de Carlomagno, rey de los francos que unió la mayor parte
de Europa occidental durante el siglo noveno y sentó las bases para la Francia
moderna y la Alemania, Illig escribió que 'comparando todas las biografías,
pronto me di cuenta de que los logros de esta regla habrían requerido la vida
de dos, tres o cuatro "hombres normales".'
La hipótesis del tiempo fantasma, ofrece posibles autores
intelectuales detrás de la invención de la Alta Edad Media. Un ejemplo de ello
es el emperador del Sacro Imperio, Otto III, que gobernó hacia la conclusión
del siglo 10.
El Dr. Hans-Ulrich Niemitz sostiene que el emperador vivió
en el siglo séptimo, pero quería reinar en el año 1000 d.C., como es adecuado a
su comprensión del milenarismo cristiano”.
Junto con el Papa Silvestre II, él y cronistas reconstruyeron
el pasado, creando a Carlomagno como el modelo del héroe que él mismo quería ser’.
Durante el siglo séptimo, el analfabetismo era moneda
corriente y nadie era dueño de un reloj. Para saber qué día era, los miembros
del público tuvieron que pedírselo a un sacerdote.
Con ambos eruditos y líderes religiosos de su lado, estos
hechos podrían haber ayudado a llevar del emperador Otto una estafa de tales
proporciones. Sin embargo, la mayoría de los académicos no le dan mucho crédito
a la teoría del tiempo fantasma.
A pesar de las acusaciones de la imprecisión y la
tergiversación teóricas, una variedad de técnicas de datación científica, como
la dendrocronología o radiometría, corrobora la línea de tiempo que nos enseñaron
en las clases de historia.
Por otra parte, los eventos astronómicos como eclipses y el
cometa Halley se pueden fechar con precisión al mismo tiempo que los registros
medievales los mencionan y registros detallados de China que se sincronizan con
eventos europeos de acuerdo con el calendario gregoriano.
En cuanto al error en el calendario gregoriano, hay un
argumento fuerte. El Papa Gregorio XIII quería el calendario corregido por 10
días, en lugar de 13, porque entonces la fecha de la Pascua coincidiría con la
fecha oficial acordada en el Concilio de Nicea en el año 325, que se calculó
utilizando el 'Vernal' Equinox.
No obstante, incluso los críticos admiten que la hipótesis del
tiempo fantasma no puede ser refutada por completo, ni definitivamente.
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