Cuando estás en las primeras etapas del enamoramiento, es posible ocultarlo de amigos y familiares.
Pero no de los neurocientíficos.Que pueden registrar la actividad cerebral con una resonancia magnética funcional , los científicos pueden identificar las regiones de tu cerebro que brillan intensamente cuando se observa una fotografía de la persona amada.
Pero una nueva investigación sugiere que los neurocientíficos pueden decir mucho más de lo que ya sabes (que estás locamente enamorado). Parecido a adivinos que leen el cerebro en lugar de las manos, ellos han comenzado a encontrar la manera de determinar el destino de tu relación mediante el estudio de la actividad de tu cerebro .
Y armados con el conocimiento de las respuestas que da tu cerebro ,tu también puedes ser capaz de encontrar pistas en tu propio comportamiento en cuanto a si tu y tu ser querido estarán felizmente casados por años o saber si la relación se vendrá abajo muy pronto.
No todos los cerebros enamorados se parecen. Hace varios años, Xiaomeng Xu, científico en la Universidad Brown University School of Medicine, y sus colegas realizaron escaneos en 18 hombres y mujeres chinos que reportaron estar en las primeras etapas del amor .
A pesar de que todos los participantes del estudio mostraron signos claros de amor solo viendo el rostro de su persona amada que provocó una oleada de actividad en las áreas de su cerebro involucradas en la recompensa y la motivación,los investigadores identificaron diferencias sutiles entre los escáneres cerebrales de los individuos.
Cuando el equipo de seguimiento se entrevisto con los participantes en el estudio 18 meses más tarde para saber como les fue en sus relaciones , encontraron una correlación sorprendentemente fuerte entre ciertas características en las imágenes cerebrales y el estado original de los participantes un año y medio más tarde.
El equipo detalló sus resultados en la revista Human Brain Mapping a principios de 2010. Ahora, dos años han pasado, y los investigadores han contactado con 12 de los participantes originales del estudio.
La mitad de los participantes se encuentran aún en las relaciones que habían comenzado en el momento de las exploraciones del cerebro , los otros seis no .
Entre la pequeña muestra, existe una brecha notable entre la actividad cerebral original de las personas cuya relación se prolongó y aquellos cuyas relaciones se vinieron abajo.
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