Los diversos ecosistemas brasileños serán vigilados por satélites para ayudar a combatir su destrucción, como ocurre actualmente con la Amazonia.
Según el ministerio del Medio Ambiente (Ibama), el sistema de vigilancia comenzó en el Cerrado, una sabana tropical en el centro-oeste de Brasil que sirve de barrera entre la Amazonia y otras áreas del país, y habrá imágenes de su cobertura disponibles en setiembre.
El Cerrado, que hasta 2002 había perdido 39% de su cobertura boscosa original, está presionado por la expansión de la frontera agrícola y la producción de carbón vegetal.
El ministro del ramo, Carlos Minc, explicó el jueves que la colección de imágenes de los ecosistemas ayudarán a combatir la deforestación en esas áreas y al mismo tiempo calcular el volumen de gases causantes del calentamiento global son producidos por la tala del bosque.
"Tener monitoreamiento es un requisito para el establecimiento de metas de emisión. La Caatinga, el Cerrado, el Pantanal, la Pampa y la Mata Atlántica exigen el mismo cuidado que la Amazonia", dijo el ministro al lanzar el programa de vigilancia en la sede del Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama) en Brasilia.
Minc hizo el anuncio al visitar el Centro de Monitoreamiento de Ibama, donde técnicos ya comenzaron a recopilar imágenes del Cerrado captada por satélites.
Según el ministerio, el ecosistema más destruido de Brasil es la Mata Atlántica, un bosque que cubre el sur del litoral brasileño. Seis años atrás abarcaba 1,059 millones de kilómetros cuadrados, de los cuales permanecen en pie solo 285.640 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal nativa.
Otro que ha sufrido la acción del hombre es la Pampa, en el estado austral de Rio Grande do Sul, que ha perdido la mitad de su cobertura original de 178.243 kilómetros cuadrados.
El sistema de monitoreamiento que Brasil realiza actualmente en la Amazonia permite orientar acciones en el combate de la deforestación en el bosque húmedo.
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