El inicio de operaciones del Gran Telescopio Milimétrico (GTM) es esperado por la comunidad nacional e internacional con gran expectación, ya que permitirá divisar galaxias de 10 a 100 veces más débiles que las detectadas hoy en día.
David H. Hughes e Itziar Aretxaga, investigadores del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE), reportan en la más reciente edición de la revista Ciencia que el equipo permitirá conocer cuál fue el proceso de formación de galaxias normales, como la Vía Láctea, entre otros cuerpos celestes.
El telescopio, además, permitirá realizar avances fundamentales en la astronomía, la cosmología y las ciencias planetarias, que a su vez tendrán relevancia para áreas como la física, la química, la geografía y la biología terrestre.
Una vez calibrado, el GTM alcanzaría a ver detalladamente una moneda de un peso a 10 kilómetros de distancia, explicó Hughes.
Las primeras observaciones a tres milímetros se podrán realizar en el trascurso del 2009, lo que también permitirá elaborar censos de amplias regiones del cielo, añadió el director científico del proyecto.
Adicionalmente, el GTM desarrollará una extensa cartografía de objetos que podrán ser estudiados por los actuales interferómetros, instrumentos que emplean la interferencia de las ondas de luz para medir con gran precisión diversas longitudes de onda en la luz.
"Este es el mayor proyecto científico-astronómico operado conjuntamente por México y Estados Unidos, y supone la mayor inversión de este tipo en la historia de México", reportó Hughs.
El telescopio, inaugurado en noviembre de 2006, está ubicado a cuatro mil 580 metros de altitud, en el Parque Nacional Pico de Orizaba; tiene 50 metros de diámetro y es capaz de explorar el medio interestelar de las galaxias y regiones lejanas fuertemente oscurecidas por polvo cósmico.
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