El relato se ubica, por lo general, en las carreteras de Estados Unidos, y aunque suele adaptarse a diferentes países, el esquema narrativo es más o menos el mismo.
Una noche, después de salir de trabajar, un muchacho abordó su auto y tomó una carretera mal pavimentada y obscura para llegar rápido a casa.
A la mitad de su recorrido alcanzó a ver a una bella joven a la orilla de la carretera pidiendo 'aventón'.
El muchacho se detuvo al lado de ella y la invitó a subir a su vehículo.
En silencio el muchacho la condujo al pueblo cercano que ella le indicó y la dejó a la puerta de su casa.
La vio entrar y se alejó de allí, kilómetros más adelante descubrió que la chica había
olvidado su suéter y pensó en llevárselo al día siguiente.
Al otro día se dirigió al mismo domicilio de la noche anterior y llamó a la puerta. Después de un rato lo atendió una mujer de avanzada edad.
Cuando la señora le preguntó qué asunto lo llevaba allí, el conductor le dijo que iba a devolver el suéter de la chica que vivía en la casa.
La mujer rompió en llanto al decirle que eso era imposible, pues la chica había muerto hacía cuarenta años.
Al comentar su experiencia con algunos amigos, el conductor se enteró de que aquella joven había fallecido en un accidente de automóvil.
Desde su muerte se aparecía todas las noches y abordaba los vehículos de desconocidos
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